¿Se puede detectar
el cáncer de cuello uterino en sus primeras etapas?
La mejor manera de encontrar temprano el cáncer de
cuello uterino consiste en hacerse pruebas de Papanicolaou regularmente (que
puede combinarse con una prueba para el virus del papiloma humano o VPH). A
medida que las pruebas de Papanicolaou se convirtieron en pruebas de rutina.
Estar alerta ante cualquier signo y síntoma de cáncer de cuello uterino también
puede ayudar a evitar retrasos innecesarios en el diagnóstico. La detección en
las primeras etapas mejora mucho las probabilidades de un tratamiento exitoso y
previene que cualquier cambio en las células del cuello uterino se convierta en
canceroso.
Aquí algunas
recomendaciones:
Todas las mujeres deben comenzar las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino a la edad de 21 años. Las mujeres de 21 a 29 años deben hacerse la prueba de Papanicolaou cada 3 años. La prueba del VPH no se debe usar como prueba de detección en este grupo de edad (se puede usar como parte del seguimiento de una prueba de Papanicolaou con resultado anormal).
A partir de los 30 años, el método preferido de detección consiste en una prueba de Papanicolaou combinada con una prueba de VPH cada 5 años. A esto se le llama prueba conjunta y debe continuar hasta los 65 años.
Otra opción razonable para las mujeres de 30 a 65 años consiste en realizar solamente la prueba de Papanicolaou cada 3 años.
Puede que las mujeres que están en alto riesgo de cáncer de cuello uterino debido a un sistema inmunológico suprimido (por ejemplo, debido a infección por VIH, trasplante de órgano, o uso prolongado de esteroides), necesiten hacerse las pruebas de detección con más frecuencia. Estas mujeres deben seguir las recomendaciones de sus médicos.
Las mujeres mayores de 65 años que se han hecho regularmente las pruebas de detección en los últimos 10 años pueden dejar de hacerse las pruebas siempre y cuando no se haya encontrado ninguna displasia grave (como CIN2 o CIN3) en los últimos 20 años (CIN son las siglas en inglés de neoplasia intraepitelial cervical). Las mujeres con antecedentes de CIN2 o CIN3 deben continuar con las pruebas al menos 20 años después de haber detectado la anomalía.
Las mujeres que se hayan sometido a una histerectomía total (extirpación del útero y del cuello uterino) pueden dejar de hacerse las pruebas (como las pruebas de Papanicolaou y las pruebas de VPH), a menos que la histerectomía se haya hecho como tratamiento de displasia de cuello uterino (o cáncer). Las mujeres que hayan tenido una histerectomía sin la extirpación del cuello uterino (una histerectomía supracervical) deben continuar las pruebas de detección de este cáncer, según corresponda.
Las mujeres de cualquier edad NO deben hacerse las pruebas cada año mediante cualquier método de detección.
Las mujeres que han sido vacunadas contra el VPH deberán aún seguir este procedimiento.
Algunas mujeres creen que pueden dejar de hacerse
las pruebas de detección una vez que dejan de tener hijos, pero esto no es
cierto. Estas mujeres todavía deben seguir las recomendaciones antes
mencionadas.
Aunque no se deben hacer las pruebas de detección
cada año, puede que las mujeres que han presentado resultados anormales en las
pruebas necesiten hacerse una prueba de seguimiento con una prueba de
Papanicolaou (algunas veces con una prueba de VPH) en 6 meses o un año.
Importancia de la
detección del cáncer de cuello uterino
Las pruebas de detección ofrecen la mejor
oportunidad para encontrar el cáncer de cuello uterino en una etapa temprana
cuando es probable que el tratamiento sea eficaz. Además, las pruebas de
detección pueden en realidad prevenir la mayoría de los cánceres cervicales
mediante la detección de los cambios anormales de las células del cuello
uterino (displasia) para que puedan ser tratados antes de que éstos tengan la
oportunidad de convertirse en un cáncer cervical.
Si se detecta temprano, el cáncer de cuello uterino
es uno de los cánceres que se puede tratar con más éxito. En los Estados
Unidos, la tasa de mortalidad del cáncer de cuello uterino ha disminuido más
del 50% durante los últimos 30 años. Se cree que esta disminución se debe
principalmente a la eficacia de las pruebas de Papanicolaou.
La mayoría de los casos del cáncer de cuello
uterino se encuentra en mujeres que nunca se han sometido a una prueba de
Papanicolaou o que no se han hecho dicha prueba recientemente. Las mujeres sin
seguro médico y las mujeres que inmigraron recientemente a este país tienen
menos probabilidad de hacerse las pruebas de detección del cáncer de cuello
uterino en el momento indicado.
Las muertes causadas por el cáncer de cuello
uterino son mayores en las poblaciones de los países donde las mujeres no se
hacen rutinariamente las pruebas de detección de este cáncer. De hecho, el
cáncer de cuello uterino es la causa principal de muerte por cáncer en las
mujeres de muchos países en vías de desarrollo. Estas mujeres por lo general
son diagnosticadas con cánceres en etapas tardías, en vez de displasias o
cánceres en etapas tempranas.
Es un tumor maligno que se
origina en las células de la mama, entendiendo por tumor maligno un grupo de
células que crecen de manera desordenada e independiente, que tiende a invadir
los tejidos que lo rodean, así como órganos distantes (metástasis).
El “Mes de Sensibilización del
Cáncer de Mama”, se celebra en todo el mundo cada octubre, aumentando la
atención y el apoyo prestados a la concientización, detección temprana, tratamiento
y cuidados paliativos.
Durante este mes se invita a
portar un listón o moño rosa, que es el símbolo internacional usado por
personas, compañías y organizaciones que se comprometen a crear conciencia
sobre el cáncer de mama y mostrar apoyo moral a las mujeres con esta
enfermedad.
El primer listón o lazo rosa
fue utilizado en el otoño de 1991, cuando la Fundación Susan G. Komen los
obsequió a los participantes de una carrera en la ciudad de Nueva York, en
alusión a los sobrevivientes del cáncer de mama.
A partir de dicho evento se
utiliza el símbolo color rosa, que hace referencia a lo femenino y se deriva
del listón rojo relacionado con la concientización del SIDA.
Acciones
en apoyo a la lucha contra el Cáncer de Mama
Los conocimientos actuales
sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección
temprana sigue siendo el punto más importantante de la lucha contra esta
enfermedad. Cuando el cáncer de mama se detecta en una etapa temprana, las
posibilidades de curación son elevadas, si se detecta tardíamente es raro que se
pueda ofrecer un tratamiento curativo. En estos casos los cuidados son
necesarios.
Por ello durante el mes de
octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS), fomenta programas
integrales de lucha contra el cáncer de mama, dando prioridad a estrategias de
prevención y detección oportuna con base en la autoexploración y mastografía.
Entre las actividades que se
realizan en apoyo a las personas que sufren dicha enfermedad se encuentran:
carreras deportivas, iluminación en color rosa de edificios emblemáticos, y
congresos médicos que reúnen a médicos y especialistas para analizar los
avances en torno a la cura y tratamiento.
FACTORES DE RIESGO
El cáncer más frecuente en las
mujeres es el de mama, pero a partir del año 2006, gracias a la detección
temprana y opciones de tratamiento, la tasa de mortalidad ha disminuido.
Antecedentes de un familiar con cáncer de mama
Tener 40 años o más
Tener la primera menstruación antes de los 12 años
Usar anticonceptivos hormonales por más de 5 años
Tener el primer hijo después de los 30 años
No haber tenido hijos
Tener la última menstruación después de los 52 años
Tomar hormonas para la menopausia
Obesidad
Otros
factores de riesgo relacionados con estilos de vida son:
Alimentación rica en carbohidratos y baja en fibra
Dieta rica en grasas tanto animales como ácidos grasos trans
Obesidad, principalmente en la postmenopausia
Sedentarismo
Consumo de alcohol mayor a 15 gramos al día
Tabaquismo
Cuando en la unidad médica se
detecta alguna anomalía al momento de la exploración física (clínica) o con la
mastografía de detección, es necesario analizarla con más estudios y la opinión
de médicos especialistas para asegurar el diagnóstico. En algunos casos puede
ser necesario tomar una biopsia (una muestra de tejido mamario) y enviarla a
examinar con el patólogo, para su análisis. En caso de resultar cáncer o un
tumor maligno será necesario recibir tratamiento.
Para la detección oportuna se
recomienda que todas las mujeres mayores de 25 años, toquen sus mamas después
de menstruar, tratando de encontrar alguna bolita. Si encuentras algo que
consideras extraño, deberás ir con tu médico para que te explore y de ser
necesario, te solicite otros estudios como el ultrasonido y la mastografía.
La mastografía es un estudio
radiológico capaz de detectar principios de cáncer cuando aún no se logra
palpar un tumor.
Debes
realizarte la mastografía si:
Eres mayor de 50 años
Eres menor de 50 años con sospecha de tener un cáncer
Después de la
detección de cáncer de mama y conocer la etapa en la que se encuentra, el
médico a cargo elegirá el tratamiento que mejor se adapte a cada paciente.
¿QUÉ TIPOS DE TRATAMIENTO EXISTEN?
Médico
Quirúrgico
Radioterapia, es un tratamiento con rayos o partículas de alta energía que destruyen las células cancerosas
Quimioterapia, es un tratamiento con medicamentos contra el cáncer que se puede administrar por vía intravenosa (inyectados por la vena) o vía oral
Paliativo, tiene la finalidad de aliviar los síntomas de los pacientes en los cuales no se espera que cure la enfermedad, o que existe una respuesta parcial al tratamiento
Aún después de finalizar el tratamiento,
los médicos podrán citar a revisiones de seguimiento.
Los
tratamientos pueden clasificarse en grupos, con base en su funcionamiento:
Terapia local o sistémica:
La terapia local tiene la
intención de tratar al tumor en donde se localiza, sin afectar el resto del
cuerpo. La radioterapia y la cirugía son ejemplos.
La terapia sistémica se refiere
a los fármacos que pueden ser recibidos vía oral o por vía intravenosa. Por
ejemplo: quimioterapia, terapia hormonal y terapia dirigida.
Terapia Adyuvante o Neo-adyuvante:
A las pacientes a quienes no se
detecta cáncer después de haber sido operadas, con frecuencia se les ofrece un
tratamiento adicional, para asegurarse que el cáncer no volverá, esto se llama
terapia adyuvante. La terapia sistémica y la radiación pueden ser utilizadas.
Algunas pacientes reciben
tratamiento como quimioterapia o terapia hormonal antes de la cirugía. El
objetivo es reducir el tamaño del tumor con la intención de que se realice un
cirugía menos extensa, a esto se le conoce como terapia neo-adyuvante.
SITUACIÓN
EPIDEMIOLÓGICA DEL CÁNCER DE MAMA EN MÉXICO
• Ocupa el primer lugar en
incidencia de las neoplasias malignas en las mujeres.
• El grupo de edad más afectado
se encuentra entre los 40 y los 59 años de edad.
• De acuerdo a cifras del INEGI
del año para el año 2014 en México se registran 28.75 nuevos casos por cada 100
mil mujeres de 20 años y más.
• En etapas iníciales se
presenta de manera subclínica en la mayoría de los casos, y generalmente es
detectable por estudios de imagen (mastografía, ultrasonido y resonancia
magnética) y en menor proporción por clínica (tumores palpables).
• El cáncer de mama es una de
las enfermedades que no hacen distinción entre la población de países
desarrollados y en desarrollo y es el que tiene mayor presencia en las mujeres
a nivel mundial.
FACTORES
DETERMINANTES EN EL INCREMENTO DEL CÁNCER DE MAMA EN MÉXICO
Transición demográfica con un
crecimiento de la proporción de mujeres adultas mayores resultado de una mayor
esperanza de vida. El 21% de todas las muertes por cáncer de mama registradas
en el mundo son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad,
y la falta de actividad física.
Incremento de la prevalencia de
consumo de alcohol en mujeres mexicanas al pasar de 24.3 a 41.3% entre 2000 y
2012. 73% de mujeres mexicanas mayores de 20 años con sobrepeso u obesidad.
Baja proporción de lactancia materna en mujeres mexicanas.
Cada
año, el cáncer de mama se cobra la vida de alrededor de 12,000 mujeres en todo
el mundo. En México, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones Biomédicas
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es la primera causa de muerte por tumores en
mujeres, con un promedio de 10
decesos diarios.
El
20% de las muertes de mujeres ocasionadas por cáncer se deben a este
padecimiento, que cada vez se presenta de forma más temprana: mientras a nivel
global aparece hacia los 60 años, en México se detecta antes de los 50.
¿QUÉ HACER PARA
ENFRENTAR ESTA BATALLA?
La información y la detección oportuna son
indispensables para revertir la alta incidencia mortal del cáncer de mama.
A
pesar de que México y Estados Unidos tienen estadísticas prácticamente
idénticas en la presencia de la enfermedad, la mortalidad entre las mexicanas
es del doble. En el país vecino, 80% de las pacientes fue diagnosticada en una
etapa temprana de desarrollo del tumor; aquí, el 80% de los diagnósticos se da
en fases avanzadas, cuando las alternativas de tratamiento son limitadas.
EL DIAGNÓSTICO:
La
autoexploración es primordial. Todas las mujeres mayores de 25 años deben tocar
sus mamas después de menstruar y, si encuentran algún bulto u otra anormalidad,
acudir al médico.
Lo
más recomendable es hacer una mastografía, aunque un estudio específico de
imagen del pecho —que utiliza Rayos X— también puede servir para una detección
temprana del cáncer.
Cuando
el cáncer de mama es diagnosticado a tiempo, existe un 95% de probabilidad de
recuperación.
SIGNOS DE ALERTA:
La presencia de un bulto en el seno o la axila es el signo más común de cáncer de mama
Anomalías en el pezón, como secreción o deformación
Dolor en la mama o en la espalda
Pérdida de peso no intencional
Cambios en la piel del seno, en el pezón o en la areola, por ejemplo: hoyuelos y hendiduras (de apariencia similar a la cáscara de la naranja); engrosamiento, enrojecimiento, descamación, comezón e hinchazón, con o sin la presencia de un bulto.
FACTORES DE
RIESGO:
Antecedentes de un familiar con cáncer de mama
Tener 40 años o más
Tener la primera menstruación antes de los 12 años
Usar anticonceptivos hormonales por más de 5 años
Tener el primer hijo después de los 30 años
No haber tenido hijos
Tener la última menstruación después de los 52 años
Tomar hormonas para la menopausia
Obesidad
Alimentación rica en carbohidratos y baja en fibra
Dieta rica en grasas tanto animales como ácidos grasos trans
Sedentarismo
Consumo de alcohol mayor a 15 gramos al día
Tabaquismo
EL TRATAMIENTO:
En
México, una paciente debe esperar entre ocho y nueve meses en promedio para
iniciar el tratamiento tras ser diagnosticada.
Existen
varios tipos de tratamiento, dependiendo del tipo de cáncer de mama y del grado
de diseminación: cirugía, quimioterapia, terapia hormonal o radioterapia. El
tratamiento puede costar más de 400,000
pesos anuales .
AYUDA
PSICOLÓGICA:
Además
de afectar el estado físico, el diagnóstico de cáncer de mama provoca un fuerte
impacto emocional, por lo que las pacientes requieren un tratamiento
psico-oncológico.
De
acuerdo a un estudio realizado por la UAM en coordinación con la Universidad del
Valle de México (UVM) y el Instituto Nacional de Cancerología, las mujeres que
se sometieron a una mastectomía (extirpación del seno) experimentaron
depresión, ansiedad y altos niveles de estrés.
El
tratamiento psico-oncológico debe comenzar desde que la mujer recibe el
diagnóstico, pues la forma en que el médico comunica esta noticia también
influye en el estado de ánimo de las mujeres que padecen esta enfermedad.
El cáncer de mama también ataca a hombres:
Aunque
su incidencia es sensiblemente menor a la de las mujeres, los hombres también
pueden padecer cáncer mamario.
La
Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM registró, durante 2014, un caso
de cáncer de mama en hombres por cada 29 en mujeres.
El cáncer de mama es un tumor maligno que se
origina en las células de la mama. Un tumor maligno es un grupo de células
cancerosas que pudiera crecer hacia (invadir) los tejidos circundantes o
propagarse (hacer metástasis) a áreas distantes del cuerpo. Esta enfermedad
ocurre casi por completo en las mujeres, pero los hombres también la pueden
padecer.*
El cáncer de mama es el crecimiento desenfrenado de células malignas en el tejido mamario, que generalmente se detecta como un bulto en la mama. Lo más recomendable para cualquier mujer es que periódicamente se practique el auto examen de la mama y si presenta algunos factores de riesgo se realice exámenes clínicos de las mamas. Existen dos tipos principales de cáncer de mama, el carcinomaductal (el más frecuente) que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón y el carcinomalobulillar que comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen la leche materna.
¿Se puede prevenir el cáncer de mama?
No existe una manera segura de prevenir el
cáncer de mama, pero existen algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer
que podrían reducir el riesgo, o en caso de que el cáncer suceda, podrían
favorecer las probabilidades de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales
cuando es más tratable.
Cómo reducir su riesgo
Es posible que reduzca su riesgo de llegar a
tener cáncer de mama al cambiar algunos de los factores de riesgo que pueden
modificarse.
El peso corporal, la actividad física y la
alimentación tienen una relación con el cáncer de seno, por lo que existen
partes en las que usted podría influir tomando acción.
Tanto un peso corporal aumentado como subir
de peso en la edad adulta están asociados a un riesgo mayor del cáncer de mama
después de la menopausia. El consumo de bebidas con alcohol también incrementa
el riesgo, incluso el consumo a niveles bajos 0.
Muchos estudios han mostrado que la actividad
física de moderada a vigorosa se ha asociado a un riesgo menor de desarrollar cáncer
de mama.
Una dieta que sea rica en verduras, frutas,
aves, pescado y productos lácteos que sean bajos en grasa también se ha
asociado a una reducción del riesgo. Pero aún no hay certeza sobre cuáles
verduras, frutas u otros alimentos en particular pueden reducir este riesgo. La
mayoría de los estudios no ha encontrado que la disminución en el consumo de
grasa imponga un efecto considerable en el riesgo de desarrollar cáncer de
mama.
Por ahora, la mejor recomendación sobre dieta
y actividad física para posiblemente reducir el riesgo de cáncer de seno
consiste en:
Realizar una actividad física intencional de forma constante.
Reducir la cantidad del peso que aumente durante toda su vida, limitando sus calorías y ejercitándose habitualmente.
Limitar o eliminar el consumo de bebidas que contengan alcohol.
Las mujeres que optan por amamantar a sus
bebés al menos varios meses también pueden obtener un beneficio adicional al
reducir el riesgo.
Además, puede ayudar a evitar el aumento en
el riesgo si no usa terapia hormonal después de la menopausia.
Detección del cáncer de mama
Se recomienda que
las mujeres comiencen a hacerse los mamogramas a partir de los 40 años de edad,
y continúen con los mismos cada año siempre y cuando se mantengan en buen
estado de salud.
Exámenes clínicos
de los senos cada tres años para las mujeres entre los 20 y los 39 años de
edad, así como cada año para las mujeres de 40 años o más.
Las mujeres deben saber cómo sus senos lucen y se sienten normalmente y
notificar inmediatamente a sus médicos cualquier cambio que surja. El
autoexamen de los senos es una opción para las mujeres a partir de los 20 años
de edad.
Es posible que algunas mujeres deban, además de los mamogramas, hacerse
otras pruebas de detección debido a sus antecedentes familiares, tendencia
genética o a otros factores Hable con su médico sobre su historial y si debe o
no hacerse pruebas adicionales a una edad más temprana.
Sociedades médicas nacionales e
internacionales recomiendan que comiences a examinar tus senos a partir de los
20 años de edad. Se ha demostrado que una de cada diez mujeres podría presentar
cáncer de mama en algún momento de su vida, siendo más frecuente en edades
comprendidas entre 40 y 65 años; 95% de los casos de cáncer de mama pueden ser
curados, siempre y cuando la enfermedad sea detectada en estadio temprano.
Cuándo examinar tus senos
Debes examinar tus senos una vez al mes, así esta práctica llegará a
convertirse en un hábito para ti.
Al transcurrir una semana tras el inicio de
la menstruación, para que la congestión fisiológica a la que se encuentra
sometida la mama por el estimulo hormonal haya desaparecido (durante el período
pre-menstrual las mamas suelen estar endurecidas y dolorosas).
Si no tienes la menstruación por estar
embarazada o por cualquier otro motivo debes elegir un día fijo de cada mes que
sea fácil de recordar para ti.
No olvides que el hombre también puede sufrir
de cáncer de mama, aunque en un porcentaje mucho menor.
Cómo practicarte el auto examen
Párate desnuda frente a un espejo y observa tus senos, primero con los brazos
colgando libremente, luego con las manos presionando la cintura (esta maniobra
contrae el músculo pectoral) y finalmente elevándolos por encima de la cabeza.
Observa tus senos para detectar:
Diferencias entre una y otra mama.
Alteraciones en el tamaño, en la forma, en el contorno de cada seno (bultos, retracciones del pezón.)
También observa la piel para ver si presenta ulceración, descamación, grietas, etc.
Palpación A
Debes realizarla acostada porque en ésta posición los músculos están relajados
y se facilita la palpación.
Si vas a examinar la mama derecha primero
debes colocar una pequeña almohada bajo el hombro derecho, a su vez el brazo de
este lado debes elevarlo y situarlo detrás de la cabeza a nivel de la nuca.
Después, con los tres dedos centrales juntos
y planos de la mano izquierda, realiza movimientos concéntricos o espirales
alrededor de la mama, presionando suave pero firmemente con las yemas de los
dedos y efectuando movimientos circulares en cada punto palpado, desde la
periferia de la mama hasta el pezón, y en el sentido de las agujas del reloj.
Palpación B
Luego realiza movimientos verticales, para ello desplaza la mano para arriba y
para abajo, cubriendo toda la mama.
Después, realiza los movimientos de
cuadrantes, en los cuales la mano se desplaza desde el pezón, a la periferia de
la mama y se regresa, hasta cubrir todo el seno.
Palpación C
En la misma posición debes palpar la axila correspondiente a la mama que estás
explorando, para descartar la aparición de bultos; para ello desplaza la mano a
lo largo de toda la axila realizando movimientos circulares de la mano en cada
posición, la presión que has de ejercer con los dedos debe ser levemente mayor
que en el caso anterior.
Palpación D
En la misma posición debes realizar la palpación de la aureola y el pezón,
presionando el pezón entre los dedos pulgar e índice. Observa si al presionar
existe algún tipo de secreción. También levanta el pezón junto a la aureola
para comprobar si existe buena movilidad o adherencia.
Qué Hacer en Caso de Anomalías
Si presentas nódulos, endurecimiento, cualquier secreción proveniente del pezón
u observas alguna alteración de la piel de la mama o el pezón, no te asustes
porque puede ser una alteración benigna, sin embargo debes acudir
inmediatamente al médico para que te examine, te oriente sobre qué acciones
tomar y disipe tus dudas.
La mamografía es el único método por
excelencia para la detección del cáncer de mama, siempre y cuando un médico
después de explorarte te lo sugiera.
El cáncer de colon es un tipo de cáncer que comienza en el intestino grueso (colon). El colon es la parte final del tubo digestivo.
El cáncer de colon suele afectar a los adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general, comienza como grupos pequeños y no cancerosos (benignos) de células llamados pólipos que se forman en el interior del colon. Con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden convertirse en cáncer de colon.
Los pólipos pueden ser pequeños y generar pocos síntomas o ningún síntoma. Por esta razón, los médicos recomiendan pruebas de detección regulares para ayudar a prevenir el cáncer de colon mediante la identificación y extirpación de pólipos antes de que se conviertan en cáncer.
Si aparece un cáncer de colon, hay muchos tratamientos disponibles para ayudar a controlarlo, incluidos la cirugía, la radioterapia y los tratamientos farmacológicos, como la quimioterapia, la terapia con diana específica y la inmunoterapia.
El cáncer de colon a veces se denomina cáncer colorrectal, que es un término que combina el cáncer de colon y el cáncer rectal, que comienza en el recto.
Síntomas
Los signos y síntomas del cáncer de colon incluyen los siguientes:
Un cambio persistente en tus hábitos intestinales, incluidos diarrea o estreñimiento, o un cambio en la consistencia de tus heces
Sangrado rectal o sangre en las heces
Molestia abdominal persistente, como calambres, gases o dolor
Una sensación de que el intestino no se vacía por completo
Debilidad o fatiga
Pérdida de peso sin causa aparente
Muchas personas con cáncer de colon no experimentan síntomas en las primeras etapas de la enfermedad. Cuando aparecen los síntomas, es probable que varíen, según el tamaño del cáncer y de su ubicación en el intestino grueso.
Cuándo consultar al médico
Si notas cualquier síntoma persistente que te preocupe, consulta con el médico.
Habla con tu médico acerca de cuándo comenzar la evaluación de cáncer de colon. Por lo general, las pautas recomiendan que las pruebas de detección del cáncer de colon comiencen alrededor de los 50 años. El médico te puede recomendar una revisión más frecuente o más temprana si tienes otros factores de riesgo, como antecedentes familiares de la enfermedad.
Causas
Los médicos no saben exactamente qué provoca la mayoría de los cánceres de colon.
En general, el cáncer de colon comienza cuando las células sanas del colon desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones que le indican a la célula qué funciones realizar.
Las células sanas crecen y se dividen de manera ordenada para mantener el funcionamiento normal del cuerpo. Pero cuando el ADN de una célula se daña y se vuelve canceroso, las células continúan dividiéndose, incluso cuando no se necesitan nuevas células. A medida que las células se acumulan, forman un tumor.
Con el tiempo, las células cancerosas pueden crecer para invadir y destruir el tejido normal cercano. Y las células cancerosas pueden trasladarse a otras partes del cuerpo para formar depósitos allí (metástasis).
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon incluyen los siguientes:
Edad avanzada. El cáncer de colon se puede diagnosticar a cualquier edad, pero la mayoría de las personas con cáncer de colon son mayores de 50 años. Las tasas de cáncer de colon en personas menores de 50 años han estado aumentando, pero los médicos no están seguros del motivo.
Raza afroamericana. Los afroamericanos tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon que las personas de otras razas.
Antecedentes personales de cáncer colorrectal o pólipos. Si ya has tenido cáncer de colon o pólipos no cancerosos en el colon, tienes un mayor riesgo de padecer cáncer de colon en el futuro.
Afecciones intestinales inflamatorias. Las enfermedades inflamatorias crónicas del colon, como la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn, pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon.
Síndromes hereditarios que aumentan el riesgo de cáncer de colon. Algunas mutaciones genéticas transmitidas a través de las generaciones de tu familia pueden aumentar significativamente tu riesgo de padecer cáncer de colon. Solo un pequeño porcentaje de los casos de cáncer de colon están relacionados con genes heredados. Los síndromes hereditarios más comunes que aumentan el riesgo de cáncer de colon son la poliposis adenomatosa familiar (PAF) y el síndrome de Lynch, también conocido como cáncer colorrectal hereditario no polipósico (HNPCC).
Antecedentes familiares de cáncer de colon. Tienes mayor probabilidad de desarrollar cáncer de colon si tiene un pariente consanguíneo que haya tenido la enfermedad. Si más de un miembro de la familia tiene cáncer de colon o de recto, tu riesgo es aún mayor.
Dieta con bajo contenido de fibra y alto contenido de grasas. El cáncer de colon y el cáncer de recto pueden estar asociados con una dieta occidental típica, que tiene un bajo contenido de fibra y un alto contenido de grasas y calorías. La investigación en esta área ha tenido resultados desiguales. Algunos estudios han encontrado un mayor riesgo de cáncer de colon en personas que cuyas dietas tienen un alto contenido de carne roja y carne procesada.
Un estilo de vida sedentario. Las personas inactivas son más propensas a desarrollar cáncer de colon. Hacer actividad física regular puede reducir el riesgo de cáncer de colon.
Diabetes. Las personas con diabetes o resistencia a la insulina tienen un mayor riesgo de cáncer de colon.
Obesidad. Las personas obesas tienen un mayor riesgo de cáncer de colon y un mayor riesgo de morir de cáncer de colon en comparación con las personas consideradas de peso normal.
Tabaquismo. Las personas que fuman pueden tener un mayor riesgo de cáncer de colon.
Alcohol. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de colon.
Radioterapia contra el cáncer. La radioterapia dirigida al abdomen para tratar casos de cáncer anteriores aumenta el riesgo de cáncer de colon.
Prevención
Exámenes de detección del cáncer de colon
Los médicos recomiendan que las personas con un riesgo promedio de padecer cáncer de colon consideren la posibilidad de hacerse una prueba de detección de cáncer de colon alrededor de los 50 años. Pero las personas con un mayor riesgo, como las que tienen antecedentes familiares de cáncer de colon, deben considerar hacerse la prueba de detección antes.
Existen varias opciones de evaluación, cada una con sus propias ventajas y desventajas. Habla sobre tus opciones con el médico y juntos podrán decidir qué pruebas son apropiadas para ti.
Cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de cáncer de colon
Puedes tomar medidas para reducir el riesgo de cáncer de colon haciendo cambios en tu vida cotidiana. Toma las siguientes medidas:
Consume una variedad de frutas, vegetales y cereales integrales. Las frutas, los vegetales y los cereales integrales contienen vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, los cuales pueden tener influencia en la prevención del cáncer. Elige una variedad de frutas y de vegetales, de manera que incorpores diversas vitaminas y nutrientes.
Si bebes alcohol, hazlo con moderación. Si eliges beber alcohol, limita la cantidad que bebes a no más de una copa al día en el caso de las mujeres y dos copas por día para los hombres.
Deja de fumar. Habla con tu médico sobre las maneras de dejar de hacerlo que podrían funcionar en tu caso.
Realiza ejercicios casi todos los días de la semana. Intenta hacer, al menos, 30 minutos de ejercicio casi todos los días. Si has estado inactivo, comienza lentamente e incrementa el ritmo de manera gradual hasta alcanzar 30 minutos. Además, consulta con tu médico antes de comenzar un programa de ejercicios.
Mantén un peso saludable. Si actualmente tienes un peso saludable, esfuérzate por mantenerlo con la combinación de una dieta saludable y actividad física diaria. Si necesitas bajar de peso, pregúntale al médico acerca de maneras saludables de lograr tu objetivo. Intenta bajar de peso lentamente al aumentar la cantidad de actividad física que realizas y al reducir la cantidad de calorías que comes.
Prevención del cáncer de colon para personas con riesgo elevado de padecer esta enfermedad
Se ha descubierto que algunos medicamentos reducen el riesgo de pólipos precancerosos o cáncer de colon. Por ejemplo, alguna evidencia relaciona un riesgo menor de pólipos y cáncer de colon con el uso regular de la aspirina o medicamentos similares a la aspirina. Pero no está claro qué dosis y cuánto tiempo se necesitaría para reducir el riesgo de padecer cáncer de colon. Tomar aspirina a diario tiene algunos riesgos, incluido el sangrado gastrointestinal y las úlceras.
Por lo general, estas opciones se reservan para personas con un alto riesgo de cáncer de colon. No hay suficiente evidencia para recomendar estos medicamentos a las personas que tienen un riesgo promedio de cáncer de colon. Si estás en mayor riesgo de padecer cáncer de colon, analiza tus factores de riesgo con el médico para determinar si los medicamentos preventivos son seguros para ti.
El cáncer de pulmón es el segundo cáncer más común que afecta tanto a hombres como a mujeres. Alrededor del 14% son cánceres de pulmón.
El cáncer de pulmón es por mucho la causa principal de muerte por cáncer en hombres y mujeres; alrededor de una de cada cuatro muertes por cáncer se debe a cáncer de pulmón. Cada año, más gente muere por cáncer de pulmón que por cánceres de colon, seno y próstata combinados.
El cáncer de pulmón principalmente ocurre en las personas de edad avanzada. La mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer de pulmón tiene 65 años o más; mientras que muy pocas personas diagnosticadas tienen menos de 45 años. La edad promedio al momento de realizarse el diagnóstico es de aproximadamente 70 años.
Probabilidad de padecer cáncer de pulmón en el transcurso de la vida
En general, la probabilidad de que un hombre padezca de cáncer de pulmón en el transcurso de su vida es de aproximadamente 1 en 15; para una mujer, el riesgo es de 1 en 17. Estos números incluyen tanto a fumadores como a no fumadores. El riesgo es mucho mayor para los fumadores, mientras que para los no fumadores el riesgo es menor.
Los hombres de raza negra son aproximadamente 20% más propensos a padecer cáncer de pulmón en comparación con los hombres de raza blanca. La tasa es aproximadamente 10% menor en las mujeres de la raza negra que en las mujeres de la raza blanca. Tanto las mujeres negras como las mujeres blancas tienen tasas menores en comparación con los hombres, aunque la diferencia se está reduciendo. La tasa de cáncer de pulmón ha disminuido en los hombres durante las últimas décadas, pero en las mujeres esto solo ha sucedido en los últimos diez años aproximadamente.
Las estadísticas sobre la supervivencia en las personas con cáncer de pulmón dependen de la etapa (extensión) de la enfermedad al momento del diagnóstico. Para más información sobre estadísticas de la supervivencia según la etapa del cáncer, lea Tasas de supervivencia para el cáncer de pulmón no microcítico por etapa.
A pesar que el pronóstico del cáncer de pulmón es muy grave, algunas personas con cánceres en etapas más tempranas se curan. Más de 430,000 personas que viven hoy han sido diagnosticadas con cáncer de pulmón en algún momento de sus vidas.
Los signos y síntomas del cáncer de pulmón pueden ser:
Una tos reciente que no se va.
Tos con sangre, incluso en pequeñas cantidades.
Falta de aire.
Dolor en el pecho.
Ronquera.
Adelgazamiento sin proponértelo.
Dolor en los huesos.
Dolor de cabeza.
El cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) incluye todos los tipos de cáncer epitelial de pulmón excepto el cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP). Los tipos más comunes de CPCNP son el carcinoma de células escamosas, el carcinoma de células grandes y el adenocarcinoma. Hay otros tipos menos frecuentes y variantes histológicas poco comunes en todos los tipos. Aunque el CPCNP se relaciona con el tabaquismo, es posible que se presenten adenocarcinomas en pacientes que nunca fumaron. Los CPCNP son un tipo de cáncer relativamente insensible a la quimioterapia y la radioterapia en comparación con el CPCP. En ocasiones, los pacientes con enfermedad resecable se curan con cirugía sola o cirugía seguida de quimioterapia. El control local se puede lograr con radioterapia en un gran número de pacientes que tienen una enfermedad irresecable, pero muy pocos se curan. Los pacientes con enfermedad localmente avanzada irresecable a veces logran una supervivencia prolongada con radioterapia y quimioterapia. Los pacientes con enfermedad metastásica avanzada pueden obtener una mejora de la supervivencia y paliación de los síntomas con quimioterapia, fármacos dirigidos y otras medidas de apoyo.
Incidencia y mortalidad
Número estimado de casos nuevos y defunciones por cáncer de pulmón (CPCNP y CPCP combinados) 2019
Casos nuevos: 228 150.
Defunciones: 142 670.
El cáncer de pulmón es la principal causa de mortalidad por cáncer en los tasa de supervivencia relativa a 5 años de 1995 a 2001 para los pacientes de cáncer de pulmón fue de 15,7 %. La tasa de supervivencia relativa a 5 años para los pacientes con enfermedad en estadio localizado (49 %), estadio regional (16 %) y estadio distante (2 %) varía mucho de acuerdo con el estadio en el momento del diagnóstico.
Características anatómicas
El CPCNP surge de las células epiteliales pulmonares desde los bronquios principales hasta los alvéolos terminales. El tipo histológico de CPCNP se correlaciona con el sitio de origen y refleja las variaciones epiteliales de las vías respiratorias desde los bronquios hasta los alvéolos. Por lo general, el carcinoma de células escamosas surge cerca de un bronquio principal. El adenocarcinoma y el carcinoma bronquioloalveolar por lo común surgen en el tejido pulmonar periférico.
Un factor de
riesgo es cualquier agente que incrementa el riesgo de padecer una enfermedad
determinada, es decir, la persona expuesta a este factor posee más
probabilidades de padecer dicha enfermedad.
El hecho de
presentar alguno de estos factores de riesgo no implica que una persona vaya a
desarrollar necesariamente un cáncer de próstata a lo largo de su vida.
El cáncer de
próstata ocurre en muy pocas ocasiones en hombres menores de 40 años, pero la
probabilidad de tener cáncer de próstata aumenta rápidamente después de los 50
años. Casi dos de tres casos de cáncer de próstata se detectan en hombres
mayores de 65 años.
Antecedentes familiares
Parece ser
que el cáncer de próstata afecta más a algunas familias, lo cual sugiere que en
algunos casos puede haber un factor hereditario o genético. Si el padre o el
hermano de un hombre padecen cáncer de próstata, se duplica el riesgo de que
este hombre padezca la enfermedad (el riesgo es mayor para los hombres que
tienen un hermano con la enfermedad que para aquellos con un padre afectado por
este cáncer). Asimismo, el riesgo es mucho mayor en el caso de los hombres que
tienen varios familiares afectados, particularmente si tales familiares eran
jóvenes en el momento en que se les encontró el cáncer..
Alimentación
No está
claro cuál es el papel exacto que desempeña la alimentación en el desarrollo
del cáncer de próstata, aunque se han estudiado varios factores.
Los hombres
que comen muchas carnes rojas o productos lácteos altos en grasa parecen tener
una probabilidad ligeramente mayor de cáncer de próstata. Estos hombres también
tienden a comer menos alimentos de origen vegetal como frutas, ensaladas y
verduras. Los médicos no están seguros cuál de estos factores es responsable
del aumento en el riesgo.
Algunos
estudios han sugerido que los hombres que consumen una gran cantidad de calcio
(proveniente de alimentos o complementos) pueden tener un mayor riesgo de
padecer un cáncer de próstata. Es posible que los productos lácteos (los cuales
a menudo tienen mucho calcio) también puedan aumentar el riesgo. La mayoría de
los estudios no han encontrado tal asociación con los niveles de calcio
encontrados en una dieta regular. Es importante indicar que se sabe que el calcio
proporciona otros beneficios importantes a la salud.
Raza/grupo étnico
El cáncer de
próstata ocurre con más frecuencia en los hombres de raza negra que en los
hombres de otras razas. Además, los hombres de raza negra tienen una mayor
probabilidad de ser diagnosticados en una etapa avanzada, y tienen más del
doble de probabilidad de morir de cáncer de próstata en comparación con los
hombres blancos. El cáncer de próstata ocurre con menos frecuencia en los
hombres asiático-americanos y en los hispanos/latinos que en los hombres
blancos. No están claras las razones de estas diferencias raciales y étnicas.
El cáncer de
próstata es más común en Norteamérica y en la región noroeste de Europa,
Australia, y en las islas del Caribe. Es menos común en Asia, África,
Centroamérica y Sudamérica.
Signos
y Síntomas.
El cáncer de la próstata en etapas iniciales
generalmente no causa síntomas y se encuentra con más frecuencia mediante una
prueba del Antígeno Prostático Específico (PSA) o un Examen Digital del Recto
(DRE).
Estos y otros signos y síntomas pueden ser
producto del cáncer de próstata en etapas avanzadas o de otras enfermedades:
Flujo de orina débil o
interrumpido (“para y sale”).
Ganas repentinas de orinar.
Aumento de la frecuencia de ir a
orinar (en especial, por la noche).
Dificultad para iniciar el flujo
de orina.
Dificultad para vaciar la vejiga
por completo.
Dolor o ardor al orinar.
Presencia de sangre en la orina o
el semen.
Dolor en la espalda, las caderas o
la pelvis que no desaparece.
Falta
de aire, sensación de mucho cansancio, latidos rápidos del corazón, mareo o
piel pálida a causa de anemia.
Hay otras causas que pueden producir los
mismos síntomas. En la medida en que los hombres envejecen, la próstata se
puede volver más grande y obstruir la uretra o la vejiga. Esto puede causar
problemas urinarios o sexuales.
Es importante que hable con su médico si tiene
cualquiera de estos síntomas, para que la causa pueda ser determinada y
tratada.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdeprostata/guiadetallada/cancer-de-prostata-early-diagnosis
Otras medidas que las personas
pueden tomar para ayudar a prevenir el cáncer de cuello uterino incluyen:
Retrasar el inicio de la actividad sexual
hasta el fin de la adolescencia o después
Limitar el número de parejas sexuales
Practicar relaciones sexuales con
protección mediante preservativos y barreras bucales
Evitar las relaciones sexuales con
personas que han tenido muchas parejas sexuales
Evitar las relaciones sexuales con
personas que obviamente presentan verrugas genitales u otros síntomas
Dejar de fumar
Las
pruebas y los procedimientos a continuación pueden usarse para la detección del
cáncer de cuello uterino:
Prueba de VPH. Esta prueba se
realiza en una muestra de células extraídas del cuello uterino de la mujer, que
es la misma muestra que se usa para la prueba de Papanicolaou (ver más abajo).
Esta muestra se analiza para detectar las cepas de VPH que se relacionan más frecuentemente
con el cáncer de cuello uterino. La prueba de VPH puede realizarse
individualmente o combinada con una prueba de Papanicolaou. Esta prueba también
puede realizarse en una muestra de células de la vagina de una mujer que ella
misma puede obtener.
Prueba de Papanicolaou. La
prueba de Papanicolaou ha sido la prueba más frecuente para detectar los
cambios tempranos en las células que pueden derivar en cáncer de cuello
uterino. Esta prueba también se llama citología vaginal. Para la prueba de Papanicolaou
se debe obtener una muestra de células del cuello uterino. Con frecuencia se
realiza al mismo tiempo que una exploración ginecológica bimanual como parte de
un control ginecológico. Una prueba de Papanicolaou se puede combinar con una
prueba de VPH.
Inspección visual con ácido acético (IVAA). La
IVAA es una prueba de detección que se puede realizar con unas pocas
herramientas y a simple vista. Durante la IVAA, se aplica una dilución de
vinagre blanco en el cuello uterino. Luego, el proveedor de atención médica
busca anormalidades en el cuello uterino, las cuales se pondrán de color blanco
al entrar en contacto con el vinagre. Esta prueba de detección es muy útil en
lugares donde el acceso a la atención médica es limitado.
Signos y síntomas del cáncer de cuello uterino
Las mujeres con precánceres y cánceres de cuello uterino en etapa temprana usualmente no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan hasta que un cáncer se torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:
Sangrado vaginal anormal, tal como sangrado después del sexo vaginal, sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre periodos y periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más profuso de lo usual. También puede ocurrir sangrado después de una ducha vaginal o después del examen pélvico.
Una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia).
Dolor durante las relaciones sexuales.
Estas señales y síntomas
también pueden ser causados por otras condiciones que no son cáncer de cuello
uterino. Por ejemplo, una infección puede causar dolor o sangrado. Aun así, si
usted tiene alguno de estos síntomas, es importante que vea a un médico de
inmediato. Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer crezca a una etapa
más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un tratamiento eficaz.